martes, 26 de marzo de 2019
EN APUROS: CAPITULO 24
Belen y sus hermanos estaban sentados al pie de la escalera del sótano. Como no querían que les pillaran, no habían encendido la luz.
—Si quieres que te lo diga, a mí me parece que estaban enfadados —dijo Simon pesimista.
—Eso está bien. Solo te enfadas con las personas que de verdad te importan —replicó su hermana—. Confía en mí, el plan está saliendo a las mil maravillas.
—¿Qué pasará si ella se enfada de verdad y se marcha? —preguntó Kevin.
—¡Menuda pasada! —exclamó Simon.
—Si sigues con esa actitud, no conseguiremos que se casen, tonto. Seguiremos saliendo en esos estúpidos artículos hasta el fin de nuestros días —dijo Belen desdeñosa. Se apartó el pelo de la cara, intentando hacerse un rudimentario moño—. ¿Parezco mayor así peinada?
—Lo que parece es que te has puesto una fregona en la cabeza.
—Pues Flasher dice soy muy madura para mi edad, y muy fotogénica, además.
—¡Olvídate de Flasher! —exclamó Simon empezando a hartarse—. Tenemos que concentrarnos en nuestro plan, ¿no?
—Para variar, podríais ocuparos un rato vosotros solos de la estrategia, me parece a mí.
—Tendremos que hacerlo, si tú te empeñas en continuar en el mundo de la fantasía. Ya se me han ocurrido un par de ideas…
—Recuerda que Pedro no tiene que parecer un completo inútil —le advirtió Belen. En el fondo, no le preocupaba demasiado lo que fueran a hacer sus hermanos, no eran más que dos chiquillos, mientras que ella tenía en la cabeza planes verdaderamente ambiciosos.
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