viernes, 31 de agosto de 2018
PERSUASIÓN : CAPITULO 7
Las horas del fin de semana parecían arrastrarse eternamente. Quizá porque estaba lloviendo, quizá a causa de la depresión que había descendido sobre ella el viernes, cuando recordó las luminosas esperanzas que había abrigado en las primeras semanas de su matrimonio. Paula no lo sabía, pero una nueva inquietud se apoderó de ella y ahora sentíase casi feliz de ver el comienzo de otra semana.
Quizá, con algo de suerte, Marcia tendría para ella un trabajo realmente interesante, uno que la distrajera, que apartara su mente de, bueno, de todo. Paula se negaba a admitir que, tal como había sucedido la semana anterior, en los últimos dos días sus pensamientos se habían vuelto más de una vez hacia el hombre llamado Pedro. Y si la verdad alguna vez se afirmaba a sí misma, ella salvaba su conciencia diciéndose que el desliz era puramente académico: sólo estaba pensando si las tácticas de Marcia habían dado resultado... eso era todo. Pero una pequeña y empecinada sección de su cerebro, sobre la cual tenía poco control, se negaba a creer en esa explicación y secretamente se preguntaba si la mañana en que ella llegaría a la oficina, sería recibida con una pila de memorándums telefónicos con las imperativas órdenes de Pedro de que lo llamase por teléfono.
Paula se sentía disgustada por su demostración de estupidez.
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