lunes, 2 de julio de 2018

LA TENTACION: CAPITULO 25




Estaba dormido. Paula entró en el segundo dormitorio y cerró la puerta. Encendió el ordenador de Pedro, pero dejó los altavoces apagados para no despertarlo.


Entró en la página web de su banco por segunda vez aquel día. Después de salir del café Village Grounds, se había ido directa a la biblioteca, donde se había quedado hasta las cinco, la hora de cierre. No habían sido unas horas muy agradables. Incluso ahora, cuando volvía a entrar en la cuenta de fideicomisos para los clientes, lo que vio hizo que la furia la invadiera.


En parte había sido culpa suya. Debería haber observado a Roxana más cuidadosamente, haberle hecho más preguntas.


La cuenta de fideicomisos estaba pensada especialmente para los fondos de los clientes, manteniéndolos separados de la cuenta de la empresa.


Estudió los movimientos del mes anterior y vio que habían pasado por la cuenta más de noventa mil dólares. En una ocasión Paula había tomado un pago de un cliente excéntrico que no confiaba en los bancos. Al hacer aquel depósito supo que había que notificarlo al gobierno, siempre que excediera de una determinada cantidad. Aquella cantidad había sido cinco mil dólares, no noventa mil.


Alguien estaba intentando evitar el radar federal. 


Y alguien seguía desaparecida. Paula no le deseaba ningún daño físico a Roxana, pero la idea de verla entre rejas le parecía muy atractiva.


Paula imprimió el informe, apagó el ordenador y metió las páginas impresas en su maletín, en el salón. Si se quedaba con la ropa puesta, por la mañana Pedro asumiría que había dormido toda la noche. No se sentía con fuerzas para confesarle nada ni para enfrentarse a preguntas difíciles, así que volvió a meterse en la cama, acurrucándose contra él. Poco a poco su pulso se calmó, hasta acompasar el de Pedro. Parecía mentira, pero así se sentía segura. Sentía incluso el amor.



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