miércoles, 7 de febrero de 2018
BAILARINA: CAPITULO 20
Pedro Alfonso tenía intención de mantenerse en contacto con ella. Cuando le echó los brazos al cuello, al ver el brillo de deseo en sus ojos azules, aquellos labios seductores... Le había costado no hacerle el amor allí mismo. Era tan dulce, tan llena de deseo, pero también era muy vulnerable. Por esa razón se dio cuenta de que aquella no era ocasión para hacerle el amor.
Cuando se acercara a él, y sabía que lo haría, sería con alegría, no con desesperación.
Frunció el ceño mientras subía a su coche para volver a casa. ¿Qué la preocupaba tanto como para que no se hubiera dado cuenta de que estaba empapada y muerta de frío? Había sido tan reticente a contarle nada que no había querido presionarla, pero cuando se conocieran mejor... Sonrió, sabía que llegarían a conocerse mejor. El lo procuraría. Paula Chaves era la mujer más cautivadora que había conocido.
Aquella velada en el club... bailaba bien, era inteligente y una compañera deliciosa. Esa noche, cuando olvidó su problema, se convirtió, además, en un adversario temible en el ajedrez.
Y... No quería pensar en aquel beso. Volvería a su casa y se daría una ducha fría.
Volvería a ver a Paula Chaves. Era muy guapa y tenía unos ojos azules irresistibles y unos encantadores hoyitos en las mejillas. Que una tal Deedee Divine poseyera aquellos mismos ojos, aquellas mejillas, escapaba, por el momento, completamente de sus pensamientos.
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