martes, 9 de enero de 2018

EN LA RIQUEZA Y EN LA POBREZA: CAPITULO 21





El teléfono sonaba y sonaba.


Paula metió la cabeza bajo la almohada, tratando de amortiguar el sonido. Había conseguido dormir por fin, de puro cansancio.


¿Por qué no descolgaba alguien ese teléfono?


Siguió sonando.


Miró el reloj de la mesilla de noche y vio que eran las dos de la madrugada.


El teléfono que estaba sonando era el suyo.


Lo descolgó.


—¿Paula?


Pedro. El corazón le dio un vuelco. Llevaba todo el tiempo esperando esa llamada y ahora…


—¿Pau? ¿Estás ahí? —preguntó él exigentemente.


Lo había descubierto.


Ahora empezaría de nuevo con la ira y las recriminaciones.


No lo podría soportar. No en ese momento.


Colgó.





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