lunes, 4 de diciembre de 2017

COMPROMISO EN PRIMERA PLANA: CAPITULO 32




Era un hombre feliz, un hombre que tenía la posibilidad de formar una familia. Lo único que su padre había hecho bien, por lo tanto, había sido convencerlo para que se casara.


Un mes antes su objetivo era conseguir el puesto de presidente de AMS, ahora lo único que le importaba era Paula y forjar un futuro con ella. Y, con un poco de suerte, tener un pequeño Pedro y una pequeña Paula, si ella estaba de acuerdo.


Pedro entró en casa a las ocho, con una bolsa de comida tailandesa en la mano. No sabía si a Paula le gustaba la comida tailandesa, pero estaría bien probarla. Y luego podrían ver una película juntos. Durante los últimos días había tenido mucho trabajo y obligaciones, pero aquella noche sería sólo para los dos.


Claro que antes tendría que animarla con una copa de vino, porque estaba seguro de que habría visto el periódico. No le había devuelto las llamadas y eso significaba que o estaba muy ocupada o muy enfadada con él.


Y la entendería. Era un idiota por no haberla avisado. Había visto al fotógrafo en el restaurante, pero estaba demasiado preocupado por la reunión como para darle importancia.


—¡Cariño, estoy en casa!


Silencio.


Pedro la buscó en todas las habitaciones, en los cuartos de baño… Nada, no estaba allí. No había vuelto del trabajo todavía o a lo mejor estaba con su madre. Se acercó al estudio para llamarla por teléfono, pero al ver una nota sobre el escritorio tuvo un mal presagio.


Y después de leerla, al saber que Paula lo había abandonado, se puso furioso. Sí, había visto la fotografía del periódico, estaba claro. Pero en lugar de hablarlo con él había salido corriendo. Había salido huyendo como hizo su padre.


No tenía ninguna fe en él o en ese matrimonio que ella misma había dicho querer convertir en algo permanente. 


Pero lo peor de todo: no había tenido valor para enfrentarse a él en persona.


Y eso le resultaba insoportable.


El rostro de Pedro era una máscara de rabia mientras hacía una bola con la nota y la tiraba a la papelera.





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