domingo, 3 de diciembre de 2017

COMPROMISO EN PRIMERA PLANA: CAPITULO 30





—Es que no me lo puedo creer.


—¿Vas a mirar esa cosa toda la noche?


—¡No lo llames «cosa»!


Estaban en la cama, Pedro leyendo y ella mirando el anillo como si fuera un recién nacido cuyo rostro quisiera memorizar. Pedro se quitó las gafas que usaba para leer y que a Paula le parecían las más seductoras y masculinas del mundo.


—¿No?


—Vas a herir sus sentimientos.


—Estás loca, pero me encanta verte tan feliz —rió él, tomando su mano.


—Hoy hay sido un día maravilloso. Ojalá no terminase nunca.


Pedro examinó la banda de diamantes que le había comprado cuando Paula prácticamente se desmayó al verla en la bandeja.


—En realidad, es muy sencilla.


—A mí no me gustan los grandes pedruscos. Este anillo soy yo, tú, nosotros… es perfecto —Paula le pasó una pierna por la cintura—. Tienes muy buen gusto, por cierto.


—Yo no he tenido nada que ver, pero gracias.


—¿Te gusta tu alianza?


—Sí, mucho. Pero lo que más me gusta es lo que has pedido que graben en ella.


—Ah, sí —Paula se aclaró la garganta, poniéndose dramática—. «Un día, un año, para siempre». Qué buena soy —sonrió al verlo reír—. No habrás cambiado de opinión sobre lo de seguir juntos, ¿verdad?


—No —dijo él—. Aunque hablas con un anillo, curiosamente no.


—Eres una buena persona —sonriendo, Paula le quitó las gafas—. Hazme el amor, Pedro.


—¿Delante del anillo?


—No le importará. De hecho, yo creo que le gusta mirar.


Pedro buscó sus labios.



—Ah, qué pervertido.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario