domingo, 13 de agosto de 2017

UNA CANCION: CAPITULO 32





Paula estaba temblando y a punto de llorar cuando llegó al restaurante.


Unos cuantos jóvenes se la quedaron mirando con cara de sorpresa.


—¿Conoce usted a Pedro Alfonso? —le preguntó una chica.


Una camioneta de la prensa apareció en ese instante y se detuvo en la plaza del aparcamiento que Pedro había dejado libre unos minutos antes. Paula sabía que eso iba a ser solo el principio. Tenía que manejarse con mucha cautela si no quería verse asediada por la prensa. Y Pedro con ella. Había pasado toda la noche repasando sus sentimientos en la oscuridad del insomnio. Sabía muy bien lo que sentía por Pedro. Él había sacrificado su seguridad por defender su honor en el restaurante.


Había sido un gesto muy noble. La única razón por la que ella se había enfadado era porque no sabía realmente lo que él sentía por ella. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Pensaría dejarla o volvería a por ella?


—Estaba en el restaurante y al verme en una situación comprometida acudió a defenderme.


Pero la joven era bastante más perspicaz de lo que ella se imaginaba.


—¿Por qué volvió usted aquí?


Era una buena pregunta. Ya se había quejado antes de Bob Collins, pero su jefe, Woody Paulson, no le había dado la menor importancia. ¿Qué podía hacer ahora si quería preservar su integridad moral? Lo correcto sería ir al restaurante de DJ Traub a contarle lo que Woody le había propuesto y luego ponerse a buscar otro trabajo. Tal vez, encontrase un empleo en el Tottering Teapot, la cafetería del centro de la ciudad, o en alguna oficina, como la que Edgardo Traub acababa de abrir en el complejo de Thunder Canyon. Ya encontraría algo. Trabajaría en tres sitios a la vez, si fuera necesario. Pero no se quedaría allí.


—He vuelto para presentar mi renuncia de forma oficial. No pienso volver a trabajar aquí.


Paula se alejó del grupo y entró en el restaurante. Si los reporteros le hacían preguntas, ella les daría esas mismas respuestas y seguramente la dejarían en paz.


Sobre todo, si Pedro no entraba en contacto con ella. Pero, 
¿por qué iba a hacerlo? Ella le había dejado sin darle más explicaciones, después de haber pasado con él la mejor noche de su vida.



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