martes, 22 de agosto de 2017

LA CHICA QUE EL NUNCA NOTO: CAPITULO 25





Semanas después, Paula y Pedro se casaron en la playa
Whiteheaven. La novia llevaba un vestido de encaje y tul que le había hecho su madre, sin tirantes, y flores entrelazadas en el pelo. Sol y Armando iban vestidos de marineros. Y nadie llevaba zapatos.


Maria Chaves estaba feliz. Narelle Hastings, con un atuendo
impecable, le contaba a todo el mundo que ella había sabido desde el principio que estaban hechos el uno para el otro. También asistieron Daisy y la señora Preston, Monica Swanson y Rogelio Woodward. Todos parecían emocionados y alegres.


Pedro y Paula despidieron a sus invitados, que regresarían a
Hamilton en uno de los yates de Pedro. En el otro, se quedarían los recién casados y los niños, que ya estaban dormidos.


–Ha salido todo bien –comentó Pedro cuando se quedó a solas con ella–. Hasta Rogelio ha conseguido divertirse.


–Sí –repuso ella, riendo–. Ha salido muy bien. ¿Te sientes casado?


–¿Y tú?


–Sí –afirmó ella, mirándolo a los ojos.




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