viernes, 20 de enero de 2017
UN SECRETO: CAPITULO 13
Aquella tarde, mientras seleccionaba algunas joyas para la exposición «Algo antiguo, algo nuevo», Paula no se podía quitar de la cabeza la sombría expresión de Pedro.
Pero estaba claro que esa expresión no era porque ella lo había dejado.
Seguramente hubiera sido el haberse dado cuenta de que su padre se había ido para siempre lo que había transformado las bellas facciones de Pedro en una máscara demacrada.
Ella no podía evitar sentirse culpable por haber terminado su relación. Pero no había tenido otra opción. Era mejor para ella… y para su bebé. En realidad… ¿qué iba a poder tener con un hombre que había dejado claro que no quería nada más que una amante secreta… una a la que creía capaz de meterse en la cama con su padre?
Y también era la mejor solución para Pedro. Con todos los problemas a los que se iba a enfrentar Alfonso Diamonds, lo último que necesitaba él era un escándalo sobre un embarazo secreto.
Todavía no estaba preparada para decirle nada del bebé ya que no podría soportar que él la acusara de haberse quedado embarazada a propósito o que le pidiera que abortara al niño que jamás querría. Aquello era problema suyo, no de él. Y ella deseaba aquel bebé, el hijo de Pedro, con tal desesperación que la tenía impresionada.
Entonces vio una preciosa fotografía de una magnífica pieza de Xander Safin. Se apresuró a telefonear a Xander para verse con él y mostrarle lo bien que habían salido los catálogos.
—¿Has leído la nota de la dirección? —le preguntó Holly cuando se acercó con más folletos.
—¿Qué nota? —quiso saber Paula.
—La nota que se ha mandado por correo electrónico informando de que ya se ha decidido quién va a ocupar la presidencia de Alfonso Diamonds.
Cansada, Paula se apartó el pelo de la cara y se quedó mirando los folletos. Recordó que Pedro había querido más que nada en el mundo ocupar ese cargo.
—He estado tan ocupaba que todavía no he tenido tiempo de comprobar mis mensajes. ¿Quién será el presidente? —preguntó, deseando que fuera Pedro.
—El elegido ha sido Raul Perrini.
Paula cerró los ojos y un terrible pensamiento se apoderó de su mente. A continuación abrió los ojos bruscamente.
—¿Cuándo? ¿Cuándo ha ocurrido eso?
—Esta mañana, justo antes de la hora de comer.
Paula maldijo en voz baja y Holly la miró levemente sobresaltada.
Pedro debía de haberse dirigido directamente desde la reunión a la tienda. Le había pedido que fueran a comer juntos y ella lo había apartado de su lado. ¿Habría ido a compartir con ella lo que seguramente había sido una experiencia devastadora para él? Entonces se percató de que ésa debía de ser la razón por la que había parecido tan abatido. No tenía nada que ver con su ruptura ni con ella.
Todo era por Alfonso Diamonds.
—Pedro estará bien —comentó Holly.
Paula se preguntó si era de aquella manera como la gente veía a Pedro… como un hombre frío y sin sentimientos.
Quizá sólo ella pudiera ver la pasión y el enfado que escondía él, la mezcla de turbulentas emociones que componían al hombre que amaba pero que no siempre comprendía.
—Pensaba que lo sabías —dijo Holly, que parecía preocupada.
—No te preocupes. Más tarde leeré el correo. Me alegra que me lo hayas dicho. Estoy segura de que Pedro estará decepcionado, pero Raul será un buen presidente.
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