jueves, 3 de noviembre de 2016

PELIGROSO CASAMIENTO: EPILOGO





Pedro Alfonso observó en silencio cómo dos hombres entraban en el callejón oscuro de la calle K de Washington D.C.


El detective seguía aceptando misiones, pero se había vuelto últimamente más cauteloso, sobre todo desde que Pau había descubierto, hacía poco, que estaba esperando un hijo.


Se habían casado sin pensarlo ni un segundo, en medio de un torbellino, y la paternidad iba a ser algo parecido.


Pedro hizo una mueca, pero le gustaba que fuera así, pensó sonriendo. De hecho, con su mujer no podía ser de otra forma.


El padre de Pau también estaba feliz y bastante recuperado. 


Había incluso encendido una nueva luz en su vida social tras más de una década de viudedad. Mildred, la secretaria de Victoria Colby, era su última conquista.


Parecía que de pronto todas las piezas empezaban a encajar en su sitio.


Fin.




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