martes, 23 de junio de 2015
EN SU CAMA: CAPITULO 23
Llegó el fin de semana. Pau se pasó el sábado llevando el coche a arreglar y cargando los gastos en su pobre tarjeta de crédito. Cuando Rafael se enteró de lo que se había gastado, no entendió por qué no le había pedido ayuda a él.
Carolina no entendió tampoco por qué Paula no había ido a pedirle el dinero prestado a ella.
Y sus padres no dejaron de repetirle que por qué no les había dejado que le regalaran un coche nuevo las navidades pasadas cuando se lo habían propuesto.
Sin duda, que su familia se metiera en su vida de tal manera era tan sólo parte de ser una Chaves, pero hacía lo posible por permanecer fiel a sí misma y gracias a eso se sentía mejor. Amaba a su familia por encima de todo, pero también le encantaba tener su propia vida, vivir como a ella le gustaba, y eso la hacía feliz.
El domingo, su hermana y ella se fueron de compras, y Paula se sintió orgullosa porque se abstuvo de comprarse nada que no fuera ropa interior nueva, porque la verdad era que no le hacía falta ningún otro vestido rojo que pasara inadvertido.
—Mmm —fue todo lo que le dijo su hermana mientras estaban en la fila a la puerta del probador de la tienda de lencería, con el sujetador de seda morada a juego con las bragas que Paula tenía en la mano.
—¿Tienes algo que decir? —le preguntó Paula—. Porque, deja que te recuerde que hace dos semanas te compraste un conjunto de encaje negro. ¿Y acaso te dije yo «mmm» en ese tono suspicaz en que me lo has dicho tú?
—No, tú sonreíste y me preguntaste si Roberto acabaría viéndolo —dijo Carolina.
—Una pregunta de lo más razonable, ya que llevas meses saliendo con él.
—Saliendo, no acostándome con él.
—¿Y por qué es así?
Su hermana suspiró.
—No lo sé. Él ni siquiera ha dado ningún paso. Es una pérdida de tiempo, con la relación tan buena que tenemos.
Paula suspiró para sus adentros y deseó al menos poder tener una buena relación, pérdida de tiempo o no.
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