lunes, 2 de agosto de 2021

UNA GRAN NEGOCIACIÓN: CAPÍTULO 31

 


—¿Paz? —ofreció Pedro durante el desayuno del sábado.


Paula aceptó la mano que le tendía, consciente que era lo más parecido a una disculpa que iba a ofrecerle Pedro por haber contratado a Ana.


—Paz —accedió.


Por Dante. Y porque Pedro y ella tenían que llevarse bien.


—Salgamos con Dante para celebrar su recuperación —sugirió Pedro.


—¿Hoy?


Paula había planeado lavarse la cabeza mientras Dante dormía por la mañana. Durante la semana no había tenido ni un segundo para sí misma.


Pedro la miró con severidad:

—Lo llevaré al zoo yo solo mientras tú vas a trabajar.


—¡No pensaba ir a trabajar! Y la idea del zoo es fantástica —dijo ella, irritada—. Sólo que necesitaba una hora para… arreglarme.


—¿Por qué no doy el biberón yo a Dante, y salimos más tarde?


—Eso sería perfecto —Paula sonrió de oreja a oreja, más animada de lo que lo había estado en varias semanas—. Gracias.





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