miércoles, 12 de agosto de 2020

EL HÉROE REGRESA : CAPÍTULO 22





La palabra flaca tenía connotaciones de crítica y lo último que Pedro quería hacer era criticar. De hecho, le había encantado el brillo en los ojos de Paula mientras llenaba las bolsas de cerezas y quería participar de su entusiasmo bromeando con ella. Estaba acostumbrado a mujeres que aparentaban ser sofisticadas en cada momento, incluso en la cama. A los hombres les gusta un entusiasmo natural cuando tocan a su amada, no una respuesta ensayada y medida.


Paula tomó un par de botes de protección solar de una estantería y los metió en el carrito.


—¿Qué pasa con los pechos? —preguntó—. ¿Por qué es tan importante la talla para los nombres? ¿Es un residuo de una fantasía adolescente o hay alguna otra razón? Quiero decir, estás genéticamente programado para desear un cierto volumen?


Pedro no sabía qué responder. Ésta era una clase de conversación en la que un hombre no podía ganar. No importaba lo que dijera porque fuera lo que fuera se iba a malinterpretar. Entonces se dio cuenta de que ella no esperaba una respuesta, ya que continuaba empujando el carrito por el pasillo.


—¿No discutimos esto ayer? —respondió al alcanzarla.


—Discutimos sobre tus preferencias, no sobre las preferencias de los hombres en general.


Genial, ahora se suponía que tenía que defender a todo el género masculino.


—Yo creo que tú estás muy bien —dijo de corazón—. Tienes curvas en los lugares apropiados. Bonitas curvas. —sus palabras sonaron poco convincentes, incluso para él mismo y Paula puso los ojos en blanco y continuó empujando el carrito, aunque Pedro tuvo la impresión de que ya no estaba tan enfadada como antes.




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