lunes, 13 de julio de 2020

UN AMOR EN EL OLVIDO: CAPITULO 22





Cuando Pedro sintió que su cuerpo se tensaba, supo que no podría aguantar mucho más. Tocarla era el paraíso. Su piel era aún más suave de lo que recordaba.


Sabía tan dulce… La primera vez que se deslizó dentro de ella, estuvo a punto de perder el control. Con cada penetración, observaba cómo los senos se le movían con la fuerza de la posesión. ¿Cuánto tiempo llevaba deseándola? ¿Cómo había podido contenerse durante tantos días?


Sentía que el cuerpo le temblaba con cada movimiento, con la agonía de contenerse cuando lo único que deseaba era hundirse en ella por completo, perderse en el éxtasis de hacerle el amor. Todos y cada uno de sus nervios estaban ardiendo.


Jamás se había sentido así antes.


Temblaba por el esfuerzo que estaba haciendo por retener el control.


Gruñó cuando la penetró duramente, consiguiendo un placer tan intenso, que estuvo a punto de verterse en ella. Oyó que Paula gemía suavemente, para luego gritar de placer. 


Entonces, se echó a temblar cuando el cuerpo se convulsionó de puro gozo.


Ya no pudo esperar más. Con un grito, se hundió en ella por última vez y lanzó un grito gutural antes de alcanzar un potente clímax.


Completamente agotado, se dejó caer tumbado al lado de ella. La tomó entre sus brazos y la agarró con fuerza.




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