viernes, 27 de enero de 2017

LA VENGANZA DE UN HOMBRE: CAPITULO 1





Ya estaba hecho.


Paula Chaves dejó escapar el aire que llevaba conteniendo todo el día y colocó el ramo de flores en un jarrón. Por fin, Cata se había casado.


Después de años cuidando de su hermana, sacándola de aprietos, Catalina había dejado de ser un problema. Ahora tenía un marido y Paula podía relajarse.


La boda del año había sido fastuosa, llena de arreglos florales y champán francés. No exactamente lo que había imaginado para su rebelde hermana, pero aun así, Cata había brillado con un impresionante vestido y el cabello enmarcando su rostro, inesperadamente pálido.


Al terminar la fiesta, Cata se había girado, había escrutado a la multitud y había lanzado el ramo, que había ido a parar a las manos de Paula. Sujetándolo y embriagada por el olor de las flores, Paula se había quedado de piedra. Aquel ramo no iba a proporcionarle un marido y mucho menos, al hombre de sus sueños.


Paula confiaba que Manuel Lester, consejero de la compañía de su padre y recién convertido en su cuñado, supiera en lo que se estaba metiendo. Catalina se merecía un poco de felicidad, después del dolor y humillación que Pedro Alfonso le había hecho pasar cuatro años atrás.


No, no estaba dispuesta a pensar en aquel hombre el día de la boda de Cata. Por lo que a ella incumbía, podía arder en el infierno. Paula miró su reloj de oro. A esa hora, Cata y Manuel debían de estar en la suite real del Hilton, con vistas a los lujosos yates del puerto de Auckland. Al día siguiente, volarían a Fiji.


Paula se soltó el pelo y sacudió la cabeza. Se quitó el vestido magenta que había llevado durante todo el día y lo colgó en una percha, aunque nunca más volvería a ponérselo. Aquel color tan intenso no era de su gusto, pero no lo había elegido ella. Hubiera preferido un tono azul, pero ¿cómo discutir con una novia?


Se daría una rápida ducha e iría al encuentro de su padre para ver de qué quería hablarle. Quizá incluso tuviera oportunidad de echar un vistazo al informe que había preparado el día anterior antes de irse a la cama. El trabajo era algo que se le daba mucho mejor que las bodas.





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