lunes, 18 de abril de 2016

ILUSION: CAPITULO 10




–¿Paula? –la voz de su hermano Dominic se oyó alta y clara por el altavoz de la mesa de reuniones–. ¿Hay algo que quieras contarnos?


–¿El qué? ¿Y a quién? –preguntó mientras seguía hojeando un informe de cuentas.


–A mí y a Javier. Y me refiero al artículo que aparece en el Weekly Break sobre la reconciliación entre tú y Pedro.


–¿Qué? –horrorizada, Paula agarró el auricular y miró hacia la puerta abierta para asegurarse de que nadie estaba escuchando.


–Eso es lo que te estoy preguntando –respondió Dominic amablemente.


–No sé de dónde han sacado esa idea –recordó el momento en el que Pedro la había besado en el aparcamiento. ¿Podría ser que un reportero les hubiera sacado una foto?–. ¿Hay alguna foto?


–¿Insinúas que podría haber alguna?


–No, no puede haber ninguna –mintió ella–. A menos que fuera una foto antigua.


–¿Qué está pasando, Paula?


–¡Nada! –por el rabillo del ojo atisbó un movimiento y levantó la mirada. Pedro estaba en la puerta con un ejemplar del Weekly Break en la mano–. Tengo que colgar.


–Pau…


–Tengo una reunión –le cortó ella sin apartar los ojos de Pedro–. No es nada. Se han inventado una historia.


–¿Estás segura? Porque todos estaríamos muy contentos si…


–Adiós, Dominic –colgó rápidamente el teléfono.


–¿Te has enterado? –le preguntó Pedro, entrando en la sala.


–No deberías estar aquí –se levantó y fue a cerrar la puerta.


–Y tú no deberías cerrar la puerta –replicó Pedro.


–Siempre será mejor que especulen a que nos oigan. ¿Qué ha pasado? ¿Qué dice el periódico? Dios mío… ¿Cómo se lo tomará Conrad?


Pedro arrojó el periódico sobre la mesa.


–Creo que es Conrad quien está detrás de todo esto.


Paula miró el titular de la primera plana. Había una foto de ellos, pero afortunadamente era del año anterior.


–¿No nos vieron anoche?


–¿Eso es lo que no quieres que la gente sepa?


Ella frunció el ceño.


–Sabes lo que quiero decir.


–No, no hay ninguna foto de anoche –confirmó él–. Pero una fuente anónima cita mis palabras: «Tendría que ser ciego y estúpido para renunciar a ella».


–Pero ¿por qué haría algo así? Fue muy claro al decir que no quería ningún escándalo.


–A lo mejor nos está provocando.


–¿Tú crees? ¿Qué motivos podría tener?


–No tengo la menor idea.


–¿Qué vamos a hacer? –no podían olvidarse del asunto, pero tampoco podían permitir que Conrad supiera la verdad. La boda de Erika estaba en juego.


–Tendremos que capear el temporal.


A Paula no le gustó cómo sonaba aquello. Se dejó caer en la silla y bajó la voz.


–¿Qué quieres decir con eso?


–Quiero decir… –Pedro se sentó frente a ella– que no negaremos nada hasta después de la boda.


–¿Y dejar que todo el mundo crea que volvemos a estar juntos?


Pedro se encogió de hombros.


–Ni hablar –rechazó ella rotundamente.


–No digo que sea lo más agradable.


–No podemos hacerlo.


–La otra opción es decirle a Conrad que le hemos mentido.


Paula sacudió la cabeza.


–Eso tampoco podemos hacerlo.


–Pues dime qué otra opción tenemos.


Ella se devanó los sesos en busca de otra solución, pero no se le ocurrió ninguna porque sencillamente no había.


–¿Cómo no lo vimos venir?


–No podíamos imaginar que Conrad iría a la prensa.


–No debimos dar por hecho que lo mantendría en secreto –sentía ganas de abofetearse ella misma por estúpida.


–Bueno, yo había bebido un poco…


–Estoy hablando en serio.


–Y yo, Pau. Pero no es el fin del mundo. Solo serán dos semanas y media y ya está. Después fingiremos una ruptura y cada uno seguirá por su lado.


–No voy a mentirles a mis hermanos –ya era bastante malo que el resto del mundo volviese a verlos como una pareja–. No se lo merecen después de todo lo que han sufrido, Pedro.


–Lo entiendo. El problema es que Javier no le mentirá a Carola ni Dominic le mentirá a Jessica.


–No, claro que no.


–¿Y pretendes que Cesar le mienta a Felicitas?


Paula apretó la mandíbula.


–¿Hasta dónde crees que podremos fingir antes de que alguien se vaya de la lengua? –la presionó él.


A Paula se le formó un nudo en la garganta. Lo mirase por donde lo mirase, alguien acabaría pasándolo mal.


–No puedo hacerlo –admitió en voz baja.


–No tienes por qué mentir, Pau.


–¿Cómo que no?


–Respóndeme a esto: si me pusiera de rodillas y te dijera que lo siento, que todo ha sido culpa mía y que nos merecemos otra oportunidad, ¿me rechazarías sin más o al menos lo pensarías?


Era tan absurdo que no merecía ni una respuesta.


–Tú nunca harías algo así.


–No, no lo haría –corroboró él–. Pero si fueras tú quien lo hiciera, estoy seguro de que al menos lo pensaría.


–¿Ese es tu razonamiento?


–Por tanto, cuando le dices a alguien… en caso de que se lo digas a alguien, que los dos sabíamos que teníamos muchas cosas que resolver y que las probabilidades eran prácticamente nulas pero que aun así nos habíamos planteado la posibilidad de volver a estar juntos, no estarías mintiendo.


–No, técnicamente no –concedió ella. El dolor le traspasaba el pecho–. ¿Y eso quieres que hagamos? ¿Que todo el mundo crea que nos estamos dando otra oportunidad?


–Piensa en las ventajas. No solo en la casa de Conrad, sino también en la tranquilidad de Erika y Mateo. No tendrán que andarse con pies de plomo, todo el mundo se sentirá más cómodo en la boda y tú y yo no nos sentiremos como si nos estuvieran vigilando.


Era exactamente lo que ella se esperaba de la boda.


–El padrino y la dama de honor tienen que bailar juntos –continuó Pedro–. ¿Te imaginas lo que pensarán los invitados? «¿Qué se estarán diciendo?», «¿se estarán peleando?», «¿no parece que ella está enfadada?…».


–Parece que lo has pensado mucho –y odiaba admitir que también ella lo había pensado. La idea del banquete la llenaba de pánico.


–Me gusta creer que soy realista, Pau.


–Prometiste que me llamarías Paula.


Él le sonrió.


–No recuerdo habértelo prometido. Pero si vamos a estar juntos tendrás que aguantarte durante dos semanas más.


Ella volvió a mirar el titular.


–¿De verdad crees que debemos hacerlo?


–Se habrá acabado antes de que te des cuenta.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario